Malas prácticas en la industria veterinaria: Explotación y falta de reconocimiento

En la industria veterinaria, nos enfrentamos a prácticas que generan inquietudes y cuestionamientos entre los profesionales del rubro. Nos referimos a situaciones en las que se promocionan ciertas marcas de alimentos para mascotas, se generan clientes y se invierte tiempo y recursos en su promoción. Sin embargo, ¿realmente se obtiene el retorno deseado?

Surgen preguntas cruciales: ¿Cuántas marcas de alimentos hemos promocionado y ahora se venden en Chile? ¿Cuántos clientes hemos atraído para esas marcas? Y lo más relevante, ¿cuál es la compensación recibida por esta inversión?

Es preocupante que la inversión no se limite solo a la promoción, sino también a la capacitación de nuestro equipo. Dedicamos tiempo a cada cliente para explicar por qué deben elegir un producto específico y cómo beneficia a sus mascotas. Sin embargo, a menudo, las clínicas veterinarias no reciben ninguna compensación por esta inversión. Además, las clínicas asumen los costos de los médicos que trabajan allí, el espacio físico necesario para exhibir los productos y la responsabilidad de gestionar cualquier problema o devolución, sin contar con un respaldo adecuado.

Es importante destacar que no existen clínicas que reciban ingresos mensuales por generar clientes para estas marcas de alimentos. Entonces, ¿quiénes son los verdaderos beneficiarios de esta gran inversión? Son aquellos que compran en grandes cantidades, ya que obtienen mayores márgenes de beneficio por el volumen, incluso al punto de desplazar a las clínicas al ofrecer precios significativamente más bajos. ¿Y qué podemos hacer al respecto? Es hora de decir ¡BASTA! a la explotación de las clínicas veterinarias en el mercado de la alimentación de mascotas en Chile.

A pesar de que los productos inicialmente se promueven exclusivamente en clínicas veterinarias, con el tiempo, observamos cómo se comercializan en todas partes, y nuestra clínica pasa a ser un cliente secundario debido a que no realizamos compras en volumen. No obstante, es importante destacar que los consumidores adquieren estos productos debido a la recomendación directa de un médico veterinario. Existen estudios que respaldan el hecho de que la decisión de compra de los productos para mascotas está influenciada por las recomendaciones de los profesionales veterinarios. Los fabricantes lo saben, y es por eso que inicialmente promocionan sus productos a través de las clínicas veterinarias. Estas prácticas plantean interrogantes sobre las verdaderas intenciones y compromisos de algunas marcas y proveedores.

Es esencial poner en evidencia estas malas prácticas y reflexionar sobre su impacto en la industria veterinaria. ¿Es justo que las clínicas veterinarias inviertan recursos económicos y tiempo en promover productos sin obtener una compensación adecuada? ¿Cómo afecta esto a su crecimiento y desarrollo?

Es momento de unirnos como red de apoyo y enfrentar estas prácticas abusivas. Trabajemos juntos para impulsar un cambio positivo en la industria veterinaria. Busquemos relaciones comerciales equitativas, donde se valore el aporte de las clínicas veterinarias y se promueva un crecimiento sostenible y justo para todos los actores involucrados.

No permitamos que las malas prácticas dominen nuestra industria. Ha llegado el momento de alzar la voz, promover la transparencia y luchar por una industria veterinaria más justa y próspera. Esta lucha no solo es por las clínicas, sino también por nuestros clientes y pacientes. En momentos de aumento de precios, somos nosotros quienes debemos reducir nuestras utilidades para amortiguar el impacto y brindar las explicaciones necesarias a los clientes. Nadie comprende realmente nuestras dificultades. Como se dice en Chile, nosotros estamos para recibir patadas y golpes. ¡Unámonos y construyamos un futuro mejor para todos!

Publicado: 28 junio, 2023

Categoria(s)» malas practicas,